Constantino en el año 330 decide trasladar la capital del Imperio a la ciudad de
origen fenicio, Bizancio, a la que cambió el nombre por Constantinopla.
Este
traslado propicia el diferente itinerario que sufren: occidente, que es ocupado por
los bárbaros y oriente, que se convierte en el Imperio Bizantino, un imperio de una
larga vida hasta el año 1453.
De este nuevo imperio nos llega el derecho romano, y la arquitectura bizantina,
gracias entre otros a Justiniano y Teodora. Ambos gobernarán en un pequeño
periodo de tiempo a partir del año 527, hasta el 565.
Justiniano quiso recomponer el imperio y superó
con creces la parte occidental (Península Itálica,
norte de África, sur de la Península Ibérica…)
situando Rávena como capital de occidente, la
capital del exarcado, estableciendo así un
virreinato, sin embargo no consigue restablecer la
vieja unidad del imperio.
Así poco a poco tras la
muerte de Justiniano el imperio se va reduciendo
hasta quedar solo los alrededores de Constantinopla.
Justiniano pasa a la historia además a habiendo aportado dos aspectos muy
importantes como lo son el código justinianeo (código legislativo, derecho romano
convidado por Justiniano) y la promoción de construcción de iglesias. Sin embargo,
su gobierno no va estar exento de revueltas que causan consternación social ya
que las revueltas populares fueron muy grandes y murieron más de 30.000
habitantes; además hicieron que muchos de los edificios construidos por
Constantino quedasen arruinados.
Justiniano logra aplacar estas revueltas y
propone un ambicioso programa de construcción.
La ciudad de Constantinopla se sitúa en un lugar privilegiado
entre el mar Negro y el mar de Mármara, en ella se da un
programa constructivo muy ambicioso (palacios, hipódromos,
murallas, foros, grandes avenidas, iglesias arropadas en este
conjunto palaciego…) en el que destaca la construcción de la
Iglesia de Santa Sofía.
En esta época se da respuesta a la pregunta planteada anteriormente en el
imperio de Constantino “¿Somos capaces de construir un edificio que reúna los
dos modelos antagónicos?”
-
Iglesia de los Santos Sergio y Baco (Constantinopla, Estambul):
Es
un edificio de planta centralizada, con un octógono central rodeado de una
galería cuyo exterior es un cuadrado. Su acceso es a modo de nártex y además
presenta un ábside que rompe con la caja muraria cuadrada exterior, en el
interior se resuelve con una estructura circular y en el exterior con una
estructura poligonal.
Hay dos ejes: uno vertical de rotación
y otro horizontal que va desde el nártex hasta el ábside, por tanto se
contrarrestan. En los lados del octógono interior algunos tramos son rectos y
otros absidales mediante el uso de exedras. Por tanto, se está planteando una
ruptura de la estaticidad espacial romana; es un espacio de dilatación gracias
al uso de las exedras, un espacio que quiere fluir. Este derrame espacial se ve
de manera más acusada en el ábside que interrumpe la galería.
Para definir el espacio interior central se plantean dos niveles, hay
estructuras de arcos abarcantes que acogen arcos abarcados. En los paños se
crea un triple arco y en ocasiones esta solución, denominada trifora, se
dilata.
-
Iglesia de San Vital de Rávena (Italia):
Es la iglesia principal de esta ciudad, y presenta rasgos comunes con la
anterior. En su planta se plantea un doble octógono (uno interior y otro
exterior) que definen el espacio anular. Se plantea un nártex que establece una
entrada doble, seguidamente encontramos un ábside central que rompe la caja
exterior e interrumpe la circulación perimetral. Hay además una voluntad de
intersectar los dos ejes, el vertical y el horizontal en este caso con una
directriz quebrada.
En el octógono central todos los lados
dejan de ser rectos y se dilatan mediante el uso de exedras. Presenta también
una solución trifora, con estructuras abarcantes y abarcadas. La volumetría es
más compleja: hay dos piezas de sacristía que
son dos torres cilíndricas y en su origen tenía un atrio que ya no
existe.
Son muy notables los mosaicos que decoran el interior, en ellos se pueden
ver el cortejo masculino y femenino en los que aparecen Justiniano y Teodora,
que se pueden observar en el ábside que se
conserva. Otro detalle son los capiteles que son bizantinos y en los que
aparece el cimacio.
Santa Sofía (Santa Sabiduría) en Constantinopla (Estambul):
Es la culminación de estas ideas, es un edificio de planta centralizada y
a la vez basilical. Se construye entre 532-537 y su construcción se confía a
dos arquitectos: Antemio de Tralles (matemático y arquitecto) e Isidoro de Mileto (arquitecto
y físico).
En el mundo bizantino la concepción simbólica del mismo se plantea como un cubo espacial cubierto
por una cúpula. Por ello Santa Sofía parte de estas dos figuras: el cuadrado y
el círculo. Tiene un eje vertical, que sitúa el espacio rotondo en el que se
halla la cúpula la cual está suspendida del suelo más de 50 metros y tiene un
diámetro de más de 30 metros, con 40 ventanas.
La
clave para conseguir la síntesis del espacio basilical y el
espacio conmemorativo centralizado es la
dilatación del espacio. Los lados del cubo se resuelven mediante
arcos abarcantes con una serie de pantallas perforadas dando
lugar a muchos huecos. Dos de los lados se transforman en
exedras y luego estas exedras se dilatan
en más exedras. Hay un gran número de dilataciones. En una de estas se
encuentra el presbiterio que rompe la caja circular intradós y que en el
exterior es poligonal. Además del eje vertical presenta un eje horizontal del
nártex al ábside, con tres naves.
Hay dos formas de entender este espacio. Por un lado como un espacio de
planta centralizada con una cúpula y una galería; o como un espacio basilical
con una nave central y dos laterales, cubierta por bóvedas de
medio cañón. Presenta también pechinas que resuelven el paso de planta circular
al lateral. Sin embargo el edificio tuvo una serie de problemas al construirlo,
aunque conceptualmente sí que era como se describe. Estos problemas se
resuelven con contrafuertes interiores laterales ya que el acompasamiento de
fuerzas estaba claro en la dirección del eje horizontal pero no en los
laterales. En el exterior se crean una serie de cúpulas en cascada aprovechando
los contrafuertes.
-
Iglesia de Santa Irene (Estambul):
Es
una iglesia más convencional pero integra muchos de los temas propuestos en
Santa Sofía
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